“La Constituyente es de los indígenas”

Foto: Natalia Zega

Julio 2006
Por M. Inés Aiuto

El embajador de Bolivia en Argentina asegura que los que impulsan la nueva Constitución son los pueblos originarios y que será importante que los recursos naturales estén en manos del Estado y sean inembargables.

Roger Ortiz Mercado es un cercano colaborador de Evo Morales. Integrante del Movimiento al Socialismo (MAS) desde 2002, fue el referente de esa fuerza en el departamento de Santa Cruz, donde el MAS creció en las últimas elecciones. En 1992 fue candidato a Alcalde de su ciudad natal, Santa Cruz, por el Partido Socialista.

A partir de mayo de este año se desempeña como Embajador de Bolivia en Argentina luego de que su antecesor, Alvaro Gonzáles Quint, fuera destituido, entre otras cosas, por su vinculación con los dueños de talleres textiles en los que trabajan inmigrantes bolivianos bajo un régimen servil.

¿Cuál es su análisis respecto a las elecciones del domingo pasado?

Es más que positivo por una serie de aspectos. En primer lugar, la confianza del presidente Evo Morales en la capacidad política del pueblo boliviano, segundo, la gran intuición política del presidente que inclusive acepta donde las mayorías tienen las mayorías y las minorías tienen las minorías.
Evo Morales aceptó las condiciones de la oposición cuando se lanzó la ley de convocatoria a la Asamblea Constituyente de que el sistema electoral favorezca a las minorías por eso el MAS tendrá una representación menor a los votos que obtuvo. Es decir, son tres representantes por cada una de las 70 circunscripciones, dos para la mayoría y uno para la minoría, aunque la minoría sea del 10 por ciento. Además, son cinco constituyentes por cada uno de los nueve departamentos, de los cuales dos son de la mayoría y tres de las minorías.

¿Esto lo dice por los dos tercios que necesitan para aprobar un artículo de la nueva constitución?

Exactamente, porque para aprobar cualquier artículo y la constitución misma se necesitan dos tercios y el MAS no los va a tener, tendrá alrededor de 135 constituyentes y se necesitan 170 votos y ese déficit le obligará a consensuar. En este escenario adverso, el presidente dice: “Señores, si nosotros no somos capaces de consensuar en la constituyente no somos capaces de refundar el país”. Luego de estas consideraciones y otras que se pueden hacer en torno a la conducta adversa al proceso democrático de los opositores, Evo incluso avanza más allá y dice: “Señores, el pedido autonómico no funciona”. Morales supera la barrera del 60 por ciento de los votos, es decir, ha superado en un 6 por ciento y quizá en un 10 por ciento la votación que obtuvo en diciembre de 2005.
Entonces, ¿que connotaciones se pueden sacar como síntesis a todo esto? Un pueblo que responde al hecho democrático, un líder que trasciende las mezquindades de la oposición, que proyecta un país hacia el consenso en la asamblea constituyente, que apuesta a resolver los problemas de fondo en el diálogo y acepta enfrentar el proceso electoral en desventajas, pero igual gana y posesiona el imaginario colectivo del pueblo boliviano en su mejor lugar.

El vicepresidente García Linera declaró en una entrevista que el gobierno debe recoger el mensaje que pide una mayor descentralización político-administrativa. ¿Qué análisis hace usted respecto del referéndum por la autonomía?

Como esa fue una ley que se pactó, quizá no ha sido lo suficientemente clara porque hay una pregunta que no está bien redactada, que fue propuesta por la oposición que quería un referéndum vinculante. Pero la naturaleza misma del referéndum no puede subordinar a una Asamblea Constituyente. El poder constituyente como poder originario determina lo que estime conveniente, sin ninguna barrera ni condicionante. La constituyente va a tener que hacer su propia legislación, tendrá que debatir qué pasa con este resultado, si el interés superior es el todo va primar el resultado a nivel nacional (56 por ciento votó por el NO) y se va dejar como un dato para el debate. Si la constituyente aceptara la autonomía entonces se transformaría en una realidad, pero desde el poder constituyente, no desde una condicionante al poder constituyente.

¿Cuál es el contexto histórico de la lucha por las autonomías en Bolivia?

En América hemos tenido varias luchas por el implementar el modelo unitario o federal. En Bolivia tuvimos dos luchas: la guerra federal que se conoce con ese nombre y fue el detonante de la aprobación de la ley de Radicatoria que forzaba al Presidente a permanecer en Sucre y pedir autorización para salir de la capital. Entonces se produce una confrontación desde La Paz que en 1898 declara una revolución federal. La Paz y Oruro reivindican el federalismo mientras que Sucre y Santa Cruz no lo aceptaban, pero el mar de fondo era dónde radicaba el gobierno. Finalmente la sede del gobierno pasa de Sucre a la Paz.
La otra se desarrolla en Santa Cruz, que no es propiamente federalismo pero se mezcla. Se trata de un movimiento cuasi anarquista llamado Los Igualitarios que pedía, entre otras cosas, el federalismo. A fines de 1876, los igualitarios proclamaron la federación desencadenando la reacción del gobierno central que envió al ejército a sofocar el movimiento y fusiló a su líder.
Entonces, Bolivia sustantivamente no tuvo expresiones federales y se puede decir que prácticamente estuvo ausente. Inclusive las propuestas federales no están consustanciadas ni demostradas en las actas de las reuniones congresales. Lo que sí se ha reclamado y reclama toda Bolivia es una mejor administración pública.
Ahora, la idea en Santa Cruz de querer autonomía surge al ver que se termina el modelo neoliberal. A partir de la caída de Sánchez de Lozada se posesiona esta idea que anteriormente no era pedida por las clases dominantes.

¿Por qué surge la necesidad de tener una nueva constitución?

La Constitución nace de una convergencia de distintos sectores, pero quienes son realmente los que impulsan este proceso son los indígenas, sometidos a un proceso de exclusión de exilio en su propia tierra, sin opciones de desarrollo económico-social, entonces ellos ven conveniente que se debe luchar de raíz, atacar los males donde están, donde corresponde atacarlos y buscan eso en la constitución. Este es un proceso que fue creciendo y se visualizó en 1992 en una gran cumbre donde grandes marchas de cientos de miles de indígenas y campesinos de distintos lugares después de muchos kilómetros de caminata llegaron a La Paz.

Foto: Natalia Zega

Bajo la consigna de tierra y territorio piden una constituyente que exprese la naturaleza de la forma indígena de producción y comienzan a luchar y a luchar hasta que posesionan en todo el imaginario colectivo boliviano de que la constituyente es necesaria.

Precisamente, un grupo del pueblo originario Qhara Qhara Suyu que abarca parte del territorio de Chuquisaca y Potosí, se manifestó el domingo pasado porque para ellos el proceso que realizaron no sirvió ya que la Asamblea Constituyente le da cabida sólo a los partidos políticos y agrupaciones ciudadanas.

Las manifestaciones siempre son buenas porque quiere decir que la democracia está viva, pero el MAS es expresión de movimientos sociales y los movimientos sociales determinantes del MAS son movimientos indígenas. Quizás ellos optaron por otra solución y ahí no estuvieron representados. Pero indudablemente, de 255 personas que formaran la Asamblea Constituyente entre 9 millones de habitantes, habrá muchos que querrán o merecerían ser parte de la Asamblea y no podrán.

¿Cómo funcionará la Asamblea?

La Asamblea elegirá inmediatamente su directiva y tendrá preliminarmente el reglamentario debate de la cámara de diputados en el Parlamento Nacional, salvo que la asamblea constituyente quiera hacer su propio andamiaje de procedimiento parlamentario. Eso llevará como mínimo seis meses y máximo un año, según la ley. Una vez aprobada por el Congreso, el pueblo tiene que refrendar la Constitución. Es decir, si se aprueba por la constituyente y el pueblo dice no, no habrá constitución. Y nos quedamos con la anterior.

¿Cuáles son los temas principales que deben estar en la nueva Constitución para el MAS?

Hay muchos elementos. Toda constitución tiene dos partes: una dogmática y una orgánica. Dogmas son las declaraciones, derechos y garantías y la naturaleza del estado. Y la parte orgánica es cómo se estructura ese estado. Ese va ser el gran debate. Para el MAS lo importante es que los derechos y garantías constitucionales expresen una sociedad incluyente y que el aparato administrativo que se diseñe del Estado boliviano acompañe los cambios sociales que el país necesita, es decir, un estado desburocratizado y ágil. Pero hay un tema que es vital para el MAS, que no excluye la parte social, sino que es vital para que se desarrolle y es que los recursos naturales estén en manos del estado nacional y sean inembargables, imprescriptibles como lo señala hoy la constitución, pero hay que perfeccionar la figura jurídica.

¿Cómo analiza usted como especialista en temas agrarios el avance de la soja en su país, teniendo en cuenta que el 45 por ciento de la superficie agrícola total está cultivada con esta oleaginosa?

Hay que entender que todos los países y particularmente el caso boliviano, tiene la economía agraria dividida en dos ámbitos: la economía campesina y la comercial. La comercial está ligada al sector externo y realiza cultivo para exportar. Normalmente, el sector externo no provee al sector interno y si lo hace es con cantidades marginales. Si en Bolivia hay alrededor de 1 millón de hectáreas de soja, los bolivianos no hemos consumido ni 200 mil hectáreas, las 800 mil se van afuera. La economía campesina agraria esta destinada a proveer de alimentos los centros de consumo internos y a retener una parte para el autoconsumo. Entonces esa economía mayoritaria y ligada al mercado interno representa un 95 por ciento.

Pero el 45 por ciento del área para cultivar se usa para el mercado externo

Pero la alimentación la hace el campesino y esto es un hecho importantísimo, por eso Bolivia no tiene problemas sociales porque la alimentación es muy barata y porque el campesino tiene una altísima eficiencia.

Por esto mismo, el avance de la soja, ¿pondría en peligro los alimentos que se produce para consumo interno?

No, no creo que el avance de la superficie de soja este en desmedro de la otra superficie, pero sí creo que no son complementarias, tienen dos lógicas diferentes y es ahí donde el Estado tiene que actuar con una reforma agraria. Porque una busca el mercado externo y proveerse de él, generar divisas para las empresas mientras que al país le queda muy poco. La otra lógica, la de la producción campesina, busca mantener al país, mantener su soberanía y seguridad alimentaria.

Usted me habla de economía campesina y economía comercial, sin embargo, hace poco Teodoro Vázquez, secretario Ejecutivo de la Federación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Santa Cruz, me contaba que por lo general allí los campesinos tienen 50 hectáreas, de las cuales diez son para cultivar soja que luego exportan

Es lo que le digo, que hay dos lógicas de producción, una campesina y una empresarial, pero estas se repelen, y la segunda no es capaz de avasallar a la otra, que la golpea sí, la golpea, que le compra tierras, si le compra tierras.

Pero los campesinos también están entrando en ese modelo

No, no es que se están metiendo o no, sino que son temas de oportunidades. En el escenario de la economía de la soja tenemos que definir qué tipo de campesino es, hay uno que es auto reproductor de su fuerza de trabajo y hay otro que es generador del excedente agrario.
Hay elementos que se van apegando hacia la economía agraria moderna y van amoldando su horizonte de cultivo y entonces participan con cierta cantidad. En Santa Cruz los productores pequeños son los que le dan nacionalidad a nuestra soja porque los grandes conglomerados corresponden a productores brasileños, argentinos, peruanos y colombianos. La producción nacional es pequeña, es menos de la mitad, debe estar en un 35 por ciento y de ese porcentaje más del 50 por ciento es de campesinos. Ese campesino tiene una lógica productiva de auto reproducción de la fuerza de trabajo, generación de un pequeño excedente para vivir o para complementar sus actividades y está directamente relacionada con la seguridad y soberanía alimentaria del país, no está buscando otra coyuntura.

Con respecto al tema tierras, hace unos días el gobierno ratificó las acusaciones contra el ex canciller de Bolivia que habría avalado asentamientos ilegales de brasileños en zona fronteriza. ¿Cuál es la situación?

Son grandes hacendados o grandes latifundista emergentes de esas entregas ilegales, irracionales por favores políticos en dictadura o en democracia.
Esas personas están identificadas porque les fueron entregadas las tierras. Todos los brasileros se han puesto en la frontera y no puede ser así. Este problema surgió porque la empresa EBX pretendió depredar los recursos naturales de Bolivia en condiciones totalmente irracionales, por eso creo que esos ciudadanos brasileños deben irse, no se puede favorecer la ilegalidad.

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