Preguntas y desafíos agroecológicos para el Nordeste


Marzo 2014 - Por María Inés Aiuto (*)

Bajo la consigna “¿Es posible incorporar la agroecología en nuestra zona?” se desarrolló el 21 de marzo la primera jornada técnica del año organizada por la Red Agroecológica de la provincia de Corrientes en la Estación Experimental Agropecuaria del INTA Bella Vista.

El encuentro tuvo como objetivo formar a los técnicos de diversas instituciones y docentes de escuelas medias e incentivarlos a adherir y promocionar las prácticas agroecológicas. La primera exposición estuvo a cargo de los productores locales Fernando Fleita de Incupo y Gerardo Báez del Grupo Agroecológico Las Tres Colonias, Bella Vista, quienes describieron el manejo de frutales que desarrollan desde hace años en la zona. Luego hizo su presentación el ingeniero agrónomo Eduardo Cerdá, asesor privado de la provincia de Buenos Aires, quien contó el caso de la finca La Aurora en Benito Juárez, Buenos Aires, donde se aplican manejos agroecológicos en un sistema extensivo de más de 600 hectáreas.

La ingeniera agrónoma Carolina Almada fue una de las organizadoras de la jornada. Almada acompaña al grupo agroecológico de Bella Vista desde hace unos años, primero desde la Ong Incupo y luego por una opción profesional desde su empleo en el INTI. En una entrevista detalló los avances, problemas y expectativas de la aplicación de la agroecología en la zona.


¿De qué se trató la jornada?

Fue una jornada técnica ya que vimos la necesidad de empezar a formarnos tanto los que estamos encuadrados en alguna institución como los que trabajan en el ámbito privado. Reconocemos que somos un colectivo que necesita formación, aunque no estuvo cerrado a los productores. Participaron 50 personas de diferentes instituciones, la mayoría eran técnicos del INTA de Corrientes, de Bella Vista y de Saladas quienes manifestaron mucho interés, otros de la Subsecretaría de Agricultura Familiar, profesores de Escuelas de la Familia Agriaria (EFAs) de la provincia que también son técnicos y tienen una formación bastante completa, del Instituto Agrotécnico Fuentes Godo, profesores de las escuelas medias de Bella Vista, algunos productores locales, Incupo y grupos como Puente Verde y la Asociación ecológica de Bella Vista.

Este evento fue organizado desde la Red Agroecológica de la provincia de Corrientes, ¿cómo se está desarrollando el trabajo desde ese espacio?

La Red se creó formalmente el año pasado luego del Encuentro Regional de Agroecología en Bella Vista, si bien anteriormente nos veníamos juntando para hacer algunos trabajos. A partir de entonces conformamos comisiones de dónde surgieron varias actividades para este año incluyendo esta jornada. Son tres comisiones formadas por afinidad, una para trabajar en educación formal, escuelas secundarias sobre todo, pero también alguna tecnicatura, otra más vinculada con los productores y los técnicos, y otra para trabajar en el área de comunicación.

Desde la comisión de educación se están armando una serie de cursos a cargo de los integrantes de la Red y queremos darle un plus, que esos cursos les den puntaje a los profesores, gestión que estamos realizando a través del Ministerio de Educación. De esa manera será un atractivo para los docentes pero también facilitará su participación porque podrán justificar sus faltas. La otra cuestión es que queremos darle continuidad a los cursos para poder abordar los temas de manera completa.

¿A qué escuelas estará dirigida la capacitación?

Se le va a dar prioridad a las escuelas rurales y agrotécnicas por una cuestión de incumbencia, ahora no estarán cerrados para otros interesados, por ejemplo, aquí en el pueblo de Bella Vista hay una escuela que tiene orientación biológica, pero como un docente tiene un proyecto con plantas aromáticas hoy está participando de la reunión.

¿Estas escuelas tienen una base del enfoque agroecológico?

Sabemos que hay un piso que lo estableció el encuentro regional el año pasado y otros cursos que hemos hecho con el grupo e Incupo donde han participado profesores e incluso alumnos, además algunas escuelas tienen una orientación ecológica. Pero la formación es muy pobre y lo mismo nos sucede a los técnicos que estamos en esto. En este sentido, el listado de participantes del encuentro regional mostró que hay una gran cantidad de técnicos supuestamente interesados en la agroecología, y otro dato es que instituciones como la Subsecretaria de Agricultura Familia y el INTA van tomando el tema y en alguna oportunidad han bajado línea a sus técnicos para que trabajen con ese enfoque. Sin embargo, sabemos que en la práctica se trabaja de otra manera.

¿Por qué les cuesta a los técnicos aplicar el enfoque agroecológico?

Como técnica creo que una de las cuestiones es por miedo a no tener respuestas a los planteos de los productores, por falta de formación, no tenemos cómo abordar los problemas por más que elijamos ese enfoque. Otra cuestión es que ésta visión no siempre entra en la lógica de las instituciones donde uno trabaja y no hay manera de justificar lo que hacemos, entonces seguís en la línea donde venías trabajando. Se suma que para meterte en agroecología hay que estudiar y pocos lo hacen.

¿Hay técnicos en la provincia de Corrientes que estén realizando investigaciones sobre el tema?

Tenemos investigadores que trabajan en alguna rama que se acerca a la agroecología, pero la mayoría somos técnicos que vamos recolectando experiencias, no hemos sido formados. En la provincia del Chaco hay alguna persona con postgrado o con un poco más de años de trabajo en el tema. Esta falta de formación la planteamos en esta Experimental del INTA, hace unos tres o cuatro años cuando visitamos emprendimientos agroecológicos y propusimos abiertamente que aquí se necesitaba incorporar alguna persona para trabajar con estos productores que tiene ciertas características. Como en ese momento incorporaban becarios, sugerimos que al menos uno de ellos trabaje este tema puntual que sería uno en una planta de 80 personas. Aquí hay gente cuyo proyecto de investigación se centra en la cantidad de injertos que tiene la planta de tomate. O sea, que si en el enfoque convencional estamos en ese nivel de detalle, al menos que haya una persona que empiece a tirar línea sobre agroecología. Tomar el tema en serio sería poner una persona que se dedique a eso, que investigue y si investiga en agroecología va a tener que estar en el campo. Pero el panorama es alentador, el ingeniero Eduardo Cerdá, que expuso en la jornada, contó que en el campo donde trabaja como asesor privado con manejos agroecológicos lo han tomado como espacio de estudio cuatro INTAS y cuatro universidades, o sea que hay interés.

Durante la jornada surgió desde los productores locales la dificultad de aumentar la cantidad de familias que adhieran a las prácticas agroecológicas, ¿Cómo es la situación en Bella Vista?

La cantidad en Bella Vista no bajó, yo vine en 2010 y hoy es el mismo grupo. Son unas 20 a 25 familias interesadas, pero son 15 las que están más firmes e hicieron un proceso de más de 8 años. Ellos han mejorado mucho, funcionan muy bien a nivel grupal y su trabajo es visible a nivel nacional. Ahora, respecto al contagio de otros productores vecinos, desde mi punto de vista el grupo se cerró porque acaparó la atención de todos los que estamos afuera, tuvieron una necesidad de apoyo genuina, pero eso los fue distanciando del resto. A su vez, los lazos que crearon entre ellos hizo difícil sumar a otra gente, porque hoy son familia y los de afuera los ven como “los del grupo agroecológico que tienen todo el apoyo y saben todo”. Otra cuestión es que si bien acá hay pequeños productores, es grande el sector de medianos que no están dispuestos a hacer una transición y que están acostumbrados a resolver los problemas de otra manera.

Esos productores ¿tienen conocimiento de los beneficios de la agroecología incluso en extensiones medianas?

Se sabe poco. Ahora, hay una industria citrícola de Entre Ríos que hace unos cinco años está comprando fruta para hacer jugo, y les paga un plus a los productores orgánicos de Bella Vista, es decir, les compra fruta diferenciada más cara para encontrar menor cantidad de residuos en el producto. Para ésta empresa, este tipo de producción es valiosísima porque para exportar necesita determinada calidad. Estos productores que abastecen a la empresa tienen quintas medianas y tienen un interés ante todo monetario. Entonces, existen productores para acercarnos y se podría trabajar en conjunto. Por otra parte, ellos saben que el rinde no es inferior al que se obtiene con un manejo convencional y no deben estar produciendo menos porque de otra manera no estarían en esto por más que le paguen más. Entonces, ellos cuentan con alguna información, pero no es pública y quizá nuestros esfuerzos deberíamos dirigirlos de otro modo.

Se podría hacer entonces un relevamiento de productores para acercarse y por otro lado armar nuevos grupos si el original está algo cerrado

Sí, esa fue nuestra dinámica, pero al ser los recursos escasos, somos dos o tres personas que estamos acá y sostener un grupo ya es un gran trabajo. Son pocos los técnicos que saben de agroecología y somos pocos los que acompañamos. Y no es sólo una cuestión técnica, no es que uno va a un grupo de productores con una propuesta y listo, es todo un proceso. Hace dos años hicimos una serie de charlas aquí en Bella Vista, en Colonia Tres de Abril no fue nadie, en Progreso fueron sobre todo porque la productora Matilde hizo la gestión, y en Desmochado no fue nadie. Nuestra idea era hacer una charla básica de agroecología en términos de ideas filosóficas, pero no hubo productores. Hay que entrar de otra manera y es acompañando, hay que estar permanentemente, brindar información, estar atentos donde se pueda proponer una nueva estrategia de manejo. Las propuestas de cambio tienen que ser paulatinas y acompañadas con recursos para impulsar la producción.

Otra área de trabajo de la Red es la de comunicación

Sí, el relevamiento de emprendimientos agroecológicos si bien nace con la comisión de productores, también puede ser un insumo importante para visibilizar a los productores, para generar materiales y difundirlos. Necesitamos materiales para afuera y para adentro, para que se conozcan nuestras experiencias y para usar nosotros. Y sobre todo creo importante que trabajemos en el ámbito local para que se fortalezcan las experiencias y se mantengan.

¿Qué otras actividades están previstas para este año desde la Red provincial de Agroecología?

Tenemos previstas algunas jornadas con la EFA Renacer en la localidad de Saladas que reflejan el espíritu que le queremos dar a las actividades y es que se hagan en el lugar donde los productores quieren hacer agroecología, ir nosotros y comenzar desde cuestiones prácticas con ellos, en este caso será con alumnos a quienes les daremos las herramientas teóricas que tengamos a mano, pero haciendo prácticas, y la otra cuestión es que vamos a ir técnicos, pero también productores de Bella Vista. Empezamos por la EFA porque ellos solicitaron nuestra presencia y tienen un presupuesto mínimo para cubrir gastos. Algo importante es que se les va a pagar la jornada a los productores que vayan a capacitar. También tenemos previsto hacer en Goya una o dos jornadas más. Así que el primer paso de la Red ha sido reunirse, ahora tenemos que ver cómo van saliendo los recursos y de ahí saldrá la articulación. Otra actividad que aún no tiene fecha ni forma es una capacitación con los miembros de la Feria Franca de la provincia.

En Bella Vista funciona el Sistema de Certificación Participativa que le permite al productor agroecológico diferenciar su producción en el mercado local sin costo, ¿tienen intención de promocionarlo?

Sí, pero es una herramienta que nace para promover la agroecología, no es al revés, el sistema es para fortalecer la práctica y para sumar más productores. Entonces, donde vayamos a hablar del tema saldrá también el sistema de certificación porque es novedad, porque no hay en otro lado, y en Bella Vista el trabajo será sostener esas certificaciones. Ojalá se puedan hacer encuentros con grupos que tengan esta inquietud, nos escriben de otras provincias consultando para certificar sus productos. Mi recomendación es que cada uno tiene que trabajar en su lugar para hacer funcionar este sistema porque básicamente es hacer gestiones, que haya gente metida en esto y sostenerlo.

¿Bella Vista es la única localidad que tiene este sistema?

Bajo ordenanza sí, no sé si hay alguna experiencia más informal. A decir verdad, el reglamento que hicimos es bastante estricto, requiere de muchas visitas, reuniones, informes, entonces organizar eso es muy complejo porque con nuestra mirada somos muy informales para algunas cuestiones, y acá tenemos que andar con informes, fechas, también hay penalizaciones, hay controles que hay que hacer y no damos abasto. Por eso quizá es mejor sostener lo que está y avanzar con otros productos ya que hoy certificamos lo vegetal, pero podríamos sumar alguno animal o algún procesado. Ahora, desde estos espacios, sobre todo con la Red provincial de Agroecología, podemos ir articulando dándole una mano a grupos de otras localidades que quieren llegar a un sistema parecido, en ese sentido estamos hermanados y estaremos colaborando.

Reflexiones grupales

Al finalizar las presentaciones de experiencias, Luis Skupieñ, docente de la EFA Fortaleza Campesina de General San Martín, Chaco, coordinó un taller donde se trabajaron tres consignas ¿Por qué no hay más chacras agroecológicas?, ¿Qué podemos hacer nosotros como técnicos?, ¿Qué podemos esperar de las instituciones en las que trabajamos? Algunas de las respuestas de la puesta en común fueron: Predomina la cultura de lo inmediato, de lo urgente y para lograr un equilibrio del agroecosistema y resultados positivos (como el control de plagas, de malezas, buenos rindes y productos sanos con pocos insumos y poco trabajo) hay que esperar los procesos, esa espera inquieta a los productores y a veces no es fácil; hay resistencia a un cambio filosófico y de estilo de vida; hay pocas chacras agroecológicas demostrativas; se necesita reforzar el acompañamiento de los técnicos, mejorar su formación en agroecología e investigar; crear políticas públicas y contar con recursos para la agroecología; avanzar desde las universidades; pensar en tecnologías apropiadas; difundir y crear conciencia en los consumidores.

Experiencia agroecológica de Bella Vista: Manejo de árboles frutales

El ingeniero agrónomo Fernando Fleita de Incupo y el productor Gerardo Báez del Grupo Agroecológico Las Tres Colonias, Bella Vista, Corrientes, describieron el manejo de frutales que realizan desde hace años en la zona. El grupo también aplica prácticas agroecológicas en producción de frutillas, algodón, semillas y ganado.

“Las familias se fueron sumando de a poco, hoy son 15 las que están firmes y otras más están en una etapa de transición. Concebimos a la agroecología como una propuesta de producción ya sea animal o vegetal en el marco de procesos biológicos naturales con los principios básicos que son la biodiversidad, sistemas biodiversos donde se integran las plantas, los animales, la familia y todas las interrelaciones que se dan entre estos componentes. Es un esquema donde se plantea la no utilización de productos de síntesis química, se basa en la búsqueda de un reciclaje permanente de nutrientes y energía, y de generar las condiciones que favorezcan el equilibrio de poblaciones de insectos de la macro y micro vida para la autoregulación del sistema. De esta manera obtenemos alimentos sanos para los que producen, los que consumen y para el ambiente”, explicó en la presentación el ingeniero Fleita.

Según detallaron, en el manejo de frutales utilizan un esquema de diversidad de especies, incorporando cítricos, duraznos, ciruelos, manzana, palta e integrando otros cultivos. Destacaron la protección de los árboles como cortinas rompe viento debido a que las principales enfermedades como la cancrosis se producen cuando se dañan los árboles.

Entre los frutales colocan hasta cinco plantas de timbo por hectárea, ya que es un árbol muy sociable porque no compite con las otras plantas y posee un componente que ayuda al control de los nemátodes (parásitos). A su vez, el timbó genera un microclima para un buen desarrollo de los frutales y los protege de las heladas.

Otra práctica que aplican son las cubiertas verdes en invierno como son la vicia con la gorga, el nabo forrajero o la avena negra, siempre tratando de asociar con una leguminosa para fortalecer el suelo. La gorga y la avena negra es una buena combinación porque se desarrollan de tal manera que hacen un buen control de las malezas. En verano asocian el poroto caupí, mucunas y crotalarias, se plantan en septiembre-octubre y se mantiene hasta el otoño. Luego plantan las cubiertas de invierno y así con sólo dos etapas en el año se mantiene el suelo cubierto y se mejora creando condiciones óptimas para los insectos benéficos que controlan naturalmente las plagas. El Mulch es otra opción que utilizan, la cobertura debajo de la copa de los arboles además de transformarse en nutrientes para la planta, de proteger el suelo y mantener húmeda y esponjosa a la tierra, reduce la cantidad de malezas que compiten con la planta.

Respecto a la fertilización y abono del cultivo, generan abonos orgánicos a través de los estiércoles cuando las familias de productores tienen animales. Otra opción es el lombricompuesto, ya que el humus de lombriz es asimilado rápidamente por la planta y se puede complementar con el estiércol. Los biofertilizantes como el supermagro es un foliar que se prepara de manera casera con productos orgánicos y minerales en un proceso de fermentación que lleva entre 70 y 90 días, se aplica en la planta y asegura sobre todo la disponibilidad de micronutrientes, complementando el aporte hecho vía suelo. Se sugiere para una planta de 6 a 7 años, 40 kg de estiércol, 10 kg de humus de lombriz especialmente en prefloración y en la etapa de fructificación y un kilo de ceniza. De esta manera, cuando la planta se alimenta de forma equilibrada, naturalmente es más resistente a las plagas y enfermedades.

La poda es otra práctica a tener en cuenta, una para darle forma a la planta, otra para la iluminación y limpieza de ramas enfermas y gajos evitando así la presencia de plagas y enfermedades y una tercera en la etapa de fructificación para que la producción sea equilibrada y permita obtener frutos de buen tamaño, parejos y en buena cantidad. La época indicada para la poda es en invierno y en luna cuarto menguante o luna llena cuando la pérdida de savia es mínima.

Respecto al control biológico, explicaron que cuando se aplican las prácticas mencionadas, aparecen naturalmente los insectos benéficos que favorecen el autocontrol de las plagas. Por ejemplo, cuando se ven pulgones inflados es porque un microhimenóptero los parasitó, luego se desarrolla la larva dentro del pulgón y termina muriendo. Así se ejerce el control biológico.

Para la mosca de los frutos detallaron la utilización de tramperos, en una botella plástica con tapa, realizan un orificio en la parte media del envase y agregan una parte de vinagre y 2 de agua, los cuelgan en los frutales antes del comienzo de la maduración de los frutos y los renuevan cada 20 días. El vinagre atrae a la mosca que ingresa por el orificio de la botella y queda atrapada en el líquido. Sugirieron colocar un trampero cada 30 plantas e ir haciendo un monitoreo de la presencia de la mosca. Como refuerzo utilizan el pozo mosquero rectangular que se tapa con una madera y se deja una puerta de 30 cm que tapan con tela mosquitera de trama. Esto permite que se junten las frutas afectadas donde se juntan las larvas de las mosca y del enemigo natural. Ambos nacen juntos en el pozo, pero el adulto del enemigo natural puede salir y la mosca no. De esta manera, bajan la población de la mosca de los frutos y aumentan la cantidad de las avispitas que son los enemigos naturales.

Explicaron que cuando aparecen las cochinillas significa que hay deficiencia de calcio, por lo tanto hay que incorporar en el suelo ceniza que tiene alta concentración de calcio, potasio y otros minerales. Respecto a los pulgones en los cítricos, contaron que si se tiene una buena cobertura y no se utilizan agroquímicos, habrá buena presencia de enemigos naturales y no se justificará hacer tratamientos ya que las vaquitas y las avispitas los controlarán naturalmente. Para el minador de las hojas están las arañitas que crecen en la planta y hacen el control sobre el minador, si no están se puede utilizar tintura de tabaco o macerado de timbo. Para las enfermedades por bacterias y hongos se usa históricamente el Caldo bordelés que se aplica dos o tres veces al año, una en invierno y luego cuando se desarrolla el fruto.

El grupo desarrolló varios preparados ecológicos para la prevención y control natural de plagas y enfermedades como infusiones, caldos, macerados, tinturas, cebos, purines, decocciones y otros. Por ejemplo, para las hormigas tienen infusiones a base de ruda, ortiga de monte, entre otros.

“Si realizamos estas prácticas de manera integral podemos obtener rindes aceptables con buena calidad biológica y estética, siempre se mide por calidad estética, que el fruto este brillante y grande, pero no nos preocupamos porque las cantidades de proteínas, vitaminas y minerales sean óptimas. Luego de pasar la etapa de transición para lograr un equilibrio -en el agroecosistema- que tardará unos tres año, baja la cantidad de trabajo porque la siembra de cubiertas verdes son dos veces al año, al tener menos incidencia de plagas y enfermedades son cada vez menos los controles, y lo fundamental es que producimos alimentos sanos”, finalizó Fleitas.

(*) Periodista. Colaboración especial para Revista Superficie http://revistasuperficie.com.ar/

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