Pedro Arrojo Agudo. Foto: M.I. Aiuto
Julio 2007
Por María Inés Aiuto
Pedro Arrojo Agudo nació en Madrid en 1951, es doctor en Ciencias Físicas, profesor en el Departamento de Análisis Económico de la Universidad de Zaragoza y desde hace 15 años centra su investigación en la Economía del Agua. Fue el primer español que recibió el premio Goldman de Medioambiente 2003, considerado el Nóbel de ecología, “por encabezar la campaña para poner fin a la fracasada política de gestión hidrológica española basada en la construcción de presas y el trasvase de aguas”. Hasta hace unas semanas presidió la Fundación Nueva Cultura del Agua que tiene entre sus objetivos garantizar un usorazonable, social, equitativo y eficiente del agua como recurso y una gestión sostenible de los ríos y ecosistemas acuáticos.
- El agua es un bien renovable porque existe un ciclo hidrológico que permite tener esa agua en movimiento, ¿por qué se prevé que la próxima guerra será por falta de agua?
El agua no va a ser escasa porque vivimos en el planeta azul. Lo que está ocurriendo a lo largo de los dos últimos siglos y de forma acelerada en las últimas décadas, es que nuestra capacidad de desarrollo productivo ha generado tales impactos sobre los ecosistemas, sobre todo en los sistemas acuáticos continentales, que hemos quebrado en gran medida el ciclo hidrológico natural. De manera que el agua es abundante, pero estamos rompiendo las capacidades de renovación y depuración natural de los ecosistemas, por eso el agua de calidad, el agua potable o el agua potabilizable empieza a ser escasa. Entonces, cuando hablamos de 1.200 millones de personas sin acceso al agua potable no significa que mueren de sed. El problema es que hemos quebrado la salud de esos ecosistemas: primero han muerto los peces y detrás van muriendo o enfermando las personas de las comunidades pobres que viven de manera interactiva con la naturaleza, en este caso con los ríos, y que tienen menos recursos para compensar este desastre ecológico.
-Esto quiere decir que si se continúa con el modelo productivo actual de agricultura intensiva y empresas contaminantes, aumentarán esos 1200 millones de personas sin agua de calidad
Sí, en otra década encontraremos que existen 3.200 millones de personas sin acceso al agua potable. Estos datos suponen más de 10.000 muertes por día, en su mayoría niños que son los más frágiles, y no son muertos de sed, la mayoría son muertos por diarrea.
Hemos trasformado al elemento prototípico de la vida, el agua, en el arma de destrucción masiva más letal que jamás haya existido en la humanidad. Es una contradicción y una vergüenza injustificable para la civilización en el planeta agua. El modelo de desarrollo imperante ignora estos problemas y coloca todo el énfasis en las dinámicas de mercado que son insensibles a estas cuestiones y amenazan con agravarse.
Sin embargo, existe una reacción social y política en contra muy potente, particularmente en el continente americano y en ese sentido soy optimista. El tema del agua es tan vital, tan fácil de hacer las sinergias entre lo racional y lo emocional que es una buena plataforma pedagógica para entender la nueva cultura del agua que tenemos que adoptar.
¿En qué consiste la nueva cultura del agua?
Es un cambio de paradigma. Son necesarios cambios de políticas, institucionales, de tecnologías, de modelos de vida, pero en el fondo se necesita un cambio cultural. Hasta ahora hemos vivido bajo una forma de entender la ciencia y la técnica bajo el paradigma de dominación de la naturaleza. Hoy un científico que hable de dominar la naturaleza es como alguien que diga que hay que dominar a la mujer, o que hay que pegarle.
Desgraciadamente sigue ocurriendo y ocurrirá un tiempo, pero ya no es políticamente correcto. En el tema del agua requiere cambiar los modelos de gestión de recursos a gestión ecosistémica, entender que los ríos no son canales de H2O sino ecosistemas vivos. Ese desafió ya esta plasmado en la ley europea que promueve pasar en 15 años de la gestión de recurso a la gestión ecosistémica y a partir de entonces actuarán los tribunales europeos. Es decir, tenemos 15 años para recuperar el buen estado ecológico de los ríos en Europa. Esto ya ocurrió en Estados Unidos y está pasando en Sudáfrica, en Australia y va a acabar sucediendo en todo el mundo. El objetivo de este cambio de enfoque no es tomar más agua o producir más a corto plazo, sino que es recuperar la salud del río. Desde América Latina se ha planteado que a la nueva cultura del agua debe incorporarse también la vieja sabiduría del respeto al ciclo hidrológico de civilizaciones ancestrales y resintetizarla con las nuevas tecnologías que nos dan opciones interesantes siempre que trabajemos con prudencia.
Por otro lado, la nueva cultura del agua es entender el acceso al agua potable como derecho humano, es injustificable que no haya 30 litros de agua de calidad por persona al día. También promueve la gestión pública participativa para los servicios básicos de agua y saneamiento y una gobernabilidad de rigor económico, no de mercado, en la gestión del agua economía. No hay que olvidar que la tecnología mas eficiente para producir agua de calidad es la naturaleza y además trabaja gratis, cuando la rompemos nos sale caro, entonces ese nuevo enfoque es el que va estar en las claves políticas, institucionales, legales, culturales de ciudadanía y educativas para producir ese cambio cultural de envergadura.
Sin embargo, parece difícil que se plasme en América Latina mientras se sigan instalando las empresas contaminantes de los países desarrollados
En Europa esas empresas ya no tienen permiso porque hemos hecho una legislación más dura y una vigilancia social mas activa, por eso vienen a Latinoamérica. Pero al mismo tiempo aquí se han levantado movimientos sin precedentes como en Entre Ríos, en el Paraná, se está produciendo una reacción frente a la contaminación minera, están repercutiendo en el ámbito de la política lo cual significa que no es un pelea de cuatro locos o de cuatro afectados. Se van produciendo reacciones en el ámbito internacional frente a un orden mundial basado en la privatización de los recursos naturales. Es decir, si bien es cierto que las empresas contaminan, también es cierto que la reacción esta en marcha y que es muy potente y creciente. En el mundo del medio ambiente si tomas la película desde hace 20 años, si bien la situación es más difícil en muchos aspectos, la capacidad de acción del movimiento ecologista, de los movimientos ciudadanos y del nivel de conciencia en general están progresando en la Argentina y en el mundo aceleradamente, quizá también porque mucha de las amenazas que se pronosticaron se están demostrando desgraciadamente correctas, empieza a crecer la alarma ciudadana y quienes eran denostados como neo hippies radicales hoy empiezan a ser líderes sociales.
La fundación a la que pertenece, Nueva Cultura del Agua, tuvo un papel decisivo para frenar el Plan Hidrológico español basado en la construcción de grandes infraestructuras hidráulicas ¿Podría contar esa experiencia?
Esta fundación que he presidido hasta hace unos días es un fenómeno esperanzador ya que logró crear una red académica entre España y Portugal para oponerse a este plan que consistía en la construcción de grandes represas y trasvases. Los científicos más brillantes a nivel nacional e internacional se enfrentaron a sus gobiernos y a las grandes empresas que lo promovían.
En España desde 1985 el gobierno de turno debe articular la política de aguas en el marco de un Plan Hidrológico Nacional (PHN). A mediados de los `90, el gobierno socialista presentó un anteproyecto siguiendo las sinergias históricas de más represas, más trasvases y subvención pública a estas obras que ni siquiera son rentables desde un punto de vista económico de mercado, pero que en su entorno tiene enormes intereses privados. En 1996, algunos profesores fuimos requeridos para promover un foro universitario de reflexión en materia de gestión de aguas. En 1998 tuvo lugar en Zaragoza el Primer Congreso Ibérico sobre Planificación y Gestión de Aguas con el apoyo de más de setenta rectorados de universidades españolas y portuguesas. El éxito de la convocatoria nos llevó a institucionalizar el evento cada dos años y a constituir la Fundación Nueva Cultura del Agua (FNCA). Desde esta fundación se desarrollaron consistentes estudios críticos al PHN, al tiempo que se diseñaron alternativas más sustentables, económicas y razonables.
Al mismo tiempo, ante la amenaza de inundación de valles habitados que suponían estas grandes obras, muchos pequeños pueblos iniciaron un movimiento de oposición llamado Coordinadora de Afectados por Grandes Embalses y Trasvases (COAGRET), bajo el lema “por una nueva cultura del agua”. En apenas cinco años este movimiento fue capaz de organizar amplias plataformas ciudadanas contra los grandes trasvases del Ebro (pieza clave del PHN) reuniendo en sucesivas manifestaciones en Zaragoza, Madrid, Barcelona y Valencia a más de un millón y medio de personas entre 2001 y 2002.
Bajo la presión ciudadana, la Fundación acabó siendo el centro de consulta y contraste de la Comisión Europea frente a los argumentos del Gobierno Español, en su pugna por conseguir fondos europeos de financiación del PHN. Este hecho tuvo un éxito indirecto que fue la derrota de la derecha en las elecciones de 2004 y el regreso del partido socialista, pero esta vez con una nueva política hidrológica bajo el brazo por la presión y la enseñanza de la movilización por la nueva cultura del agua. El nuevo gobierno derogó los trasvases, cambió la ley del Plan Hidrológico Nacional y aunque continuaron en marcha las represas ya programadas y algunas en construcción, abrió dialogo local, regional y nacional sobre el tema y la negociación con los afectados. No es para decir que ya conseguimos nuestro objetivo, pero sí que fue un cambio histórico de dirección.
¿Cuáles son los intereses en torno a la construcción de grandes represas y/o trasvases?
No son rentables para el país pero son rentables para los que las disfrutan, de manera que es dinero público para negocio privado y eso es rentable para el negocio privado y ruinoso para la deuda pública del país. Cuando hicieron la represa de Yacyreta por ejemplo, no iba a ser rentable, si se hacía el balance de lo que cuesta y si tuvieras en cuenta económicamente el impacto social y ambiental que está generando o que has generado, eso sale una ruina económica para la Argentina y para el Paraguay, sin embargo eso lo paga la deuda publica y lo pagan entre todos los argentinos y los paraguayos. Y los beneficios los obtiene la empresa que turbina la electricidad o que usa esas aguas, entonces ahí está la clave de por qué siendo irracional económicamente sigue habiendo inversiones publicas en nombre del interés general que en realidad es el interés de los poderosos.
¿Podría explicar el significado de agua vida, agua ciudadana, agua economía y agua delito?
Naciones Unidas dice que 30 litros de agua potable al día es un derecho humano que representa el 1,2% de toda el agua que usamos, por lo tanto no hay pretexto para que haya 1.200 millones de personas sin acceso. En ese sentido, si es derecho humano no es un problema de la económica, sino de la res pública de Aristóteles y debe ser administrado como una prioridad máxima. ¿Qué hicieron los países para conseguirlo cuando no había Banco Mundial? La fuente publica, gratuita y potabilísima en la plaza del pueblo, cerca de la casa de todos, antes que la primera farola o de asfaltar el camino, no hay pretexto ni siquiera desde la pobreza y menos para un Banco Mundial que nos dice que esto es un gran reto financiero, no es verdad, es un reto político con mayúsculas. Eso es agua vida y la economía no tiene nada que decir.
En el caso del agua domiciliaria y saneamiento usamos por el orden de 120 litros por persona al día que es un 5% o 6% del agua total que usamos. No sería derecho humano, pero sí exigiría que se considere derecho ciudadano y dependerá de la tradición de cada país.
Pero los derechos ciudadanos están vinculados a deberes ciudadanos. Entonces, sí estas regando el jardín con agua ciudadana, te llaman al teléfono y dejas la canilla abierta no has entendido nada. Te vamos a poner un contador, los 30 primeros litros son gratis, derecho humano, los 100 siguientes los vas a pagar al coste que nos cuesta a la comunidad llevarte el agua, los 100 siguientes que es la ducha de media hora caliente que te pegaste dos veces al día lo vas a pagar al doble y cuando llenes la piscina estarás pagando al triple, es decir, una tarifa de costes crecientes, ya estoy hablando de economía.
Con lo que pagues de más por tu uso excesivo pagaremos el derecho ciudadano y el derecho humano de los que tienen dificultades para hacerlo. Esto es economía, pero no de mercado porque en este caso se premia al cliente que compra más con menor coste. En el agua ciudadanía el objetivo no es hacer negocio sino un servicio público y por lo tanto hay que introducir una nueva racionalidad de economía basada en nuevos modelos de gestión pública participativa. No vale decir que la gestión pública que tenemos es corrupta, oscura, ineficiente, de acuerdo lo es, pero la alternativa no es privatizarla, sino regenerarla.
El agua economía o agua negocio es donde se gasta la mayor parte del agua, una papelera o una hidroeléctrica o un agricultor que hace patatas para la exportación y que pide agua para hacer aquello, es legitimo, siempre que no la contamine.
Sin embargo, las experiencias han demostrado que las empresas contaminan y que la solución residiría en bajar los niveles de consumo
Yo no pienso que no se deba hacer nada, sino que hay que pensar en los impactos que puedan generar en la comunidad. Cuando hacemos agua economía y la usamos para hacer madera, para hacer nuestro vestido o un coche, se ampara en la aspiración legitima a vivir mañana mejor que hoy, pero en nombre de ser más ricos no tenemos derecho a contaminar un rió, a destruir un ecosistema ni a poner en peligro los derechos humanos o ciudadanos. Por otro lado, el agua economía no tiene que ser subvencionada, ¿por qué voy a subvencionar con dinero de todos tu derecho a ser mas rico? Entonces, el día que se quiera hacer una represa, cuando se le diga al usuario cuánto va a tener que pagar para compensar los daños se dará cuenta que no es rentable y no hará la represa.
En Estados Unidos se ha determinado oficialmente que las grandes represas, que eran rentable en la primera mitad del siglo XX, a finales del siglo ya no fue rentable y en el siglo XXI es una perfecta estupidez económica que puede ser interesante para los lobbies sin duda, pero no para un país.
El enfoque ético de discernir el agua como derecho humano, como derecho ciudadano y el agua economía nos llevaría a consumir menos agua y a tener conciencia racional de que el agua para la economía tiene que ser escasa como es el petróleo por ejemplo.
Agua economía vinculada al principio de recuperación de costes desde el aparato del estado.
Y por último agua delito, contaminar un río o un acuífero es un delito, a veces hay leyes que lo condenan, pero hay gran permisividad social. La alternativa es permisividad cero para el delito ecológico. Ni los jueces se atreven a condenar a una empresa por este delito. Pues esto implica un cambio cultural, no basta con tener una ley adecuada, por ejemplo la contaminación minera con metales pesados es un crimen contra la salud pública y otras muchas contaminaciones que hacen empresas, a veces nacionales, muchas veces españolas, francesas o americanas.
Lamentablemente en la Argentina se sigue permitiendo la minería contaminante
Pues tiene que haber una conciencia social que presione para que se prohíba con leyes y si existen para que se cumplan. Es lo que llamo tolerancia cero en la sociedad a la contaminación de las aguas que es un autentico delito. En Suecia hoy sería impensable que pase, tú le dices a un sueco que su niño puede morir por tomar agua de la canilla y te dice, “no, antes ira a la cárcel el presidente de gobierno”. En América Latina esa conciencia está en crecimiento, hay una rebelión de nuevo cuño, democrática, no violenta, pero tremendamente poderosa en sus argumentos, en sus capacidades de transformación. Estuve con los afectados de Yacyretá que se encuentran en el Galpón de Chacarita y se me cayeron las lágrimas de rabia, de impotencia. Pero creo que al final esta gente ganará porque tiene tanta fuerza moral, la injusticia o el desafuero a sido tan brutal y su capacidad de reacción ante las diversidades tan fuertes que al final solo puede haber un resultado victorioso para esta gente, entonces hay para estar muy preocupados, incluso muy enfadados pero también es para ser esperanzados.
Sin embargo, la Entidad Binacional Yacyretá anunció la finalización de la obra para fines de 2008 que implica la construcción de otra central
Si, los afectados me explicaron que existe un proyecto de hacer otra represa de varios kilómetros de longitud en la provincia de Misiones que acabaría de destruir los restos de la selva que queda en la zona, las comunidades indígenas guaraníes quedarían definitivamente inundadas y destruidas y el ferrocarril que llega a Buenos Aires no podría realizar su recorrido completo a causa de las inundaciones. Pero existe una movilización nacional creciente en la Argentina para recuperar las cuencas frente a todas las agresiones de grandes proyectos vinculados no sólo a las papeleras sino también a las represas hidroeléctricas y a la minería.
-¿Cuáles son las alternativas a la construcción de represas?
-En Europa y en Estados Unidos se empieza a plantear no la reducción del estándar de vida, sino la eficiencia del uso de la energía. En California se introdujo en parte energía eólica, en España por ley las nuevas casas que se construyan deben tener tejado solar para recoger energía, en Suecia los tejados recogen agua de pluviales a pesar de que llueve mucho. Son mecanismos de ahorro o ancestrales con nuevos enfoques tecnológicos. La energía solar estará en un primer plano, no solo de calentamiento sino fotovoltaica. En España por ejemplo, se empiezan a preparar kilómetros cuadrados de campos solares, la energía eólica tiene una potencia superior a la energía nuclear. La biomasa también está en crecimiento y crecerá mucho más ya que tiene un carácter de renovabilidad interesante.
Pero con la biomasa se estaría utilizando tierra para energía en vez de para alimentos e implicaría más agrotóxicos para los cultivos, contaminación de napas de agua, suba de precios de las tierras, desalojos de campesinos
Bueno, pero como todo tiene sus límites. Es una alternativa renovable en el sentido de que no liberas nuevas masas de anhídrido carbónico fósil que es lo que te lleva al efecto invernadero. Otra alternativa es la energía marina que se genera por el movimiento de las olas y las mareas. Pero lo principal es empezar a entrar en la filosofía del ahorro, y en un modelo de vida que no necesariamente tiene que pasar por mayor consumo. Ese es el futuro, pero mientras llegamos a ese nuevo modelo que implica cambios culturales profundos y que esta llevando a que Europa y Estados Unidos abandonen las viejas tecnologías del hormigón o de la energía nuclear, hay que empezar por sustituirlas por energías más blandas y renovales. Esa especie de chantaje de que si no hacemos la gran represa colapsamos la economía no esta justificado con razones sino con demagogia.
En la Argentina existe el caso de la represa Futaleufú, dentro del Parque Nacional Los Alerces, cuyo único objetivo es proveer de energía a la empresa de aluminio Aluar. Allí se puede ver la doble línea de alta tensión de 330 KV que cruza bosques, montañas, ríos y lagunas hasta Puerto Madryn ¿lo consideraría agua delito?
No estoy en contra de las represas, de las carreteras, de los aviones, de opciones tecnológicas, lo que pienso es que cualquier opción tecnológica tiene que contextualizarse en cada momento de la historia teniendo en cuenta los beneficios y los costes, no solo económicos, sino sociales y ambientales que genera. Puede haber represas en un momento determinado adecuadamente situadas, por ejemplo, en el último tiempos la Fundación Nueva Cultura del Agua estamos proponiendo en España represas fuera del cause para evitar el impacto de romper la continuidad biológica de las especies, entonces, buscar un espacio cercano al rió donde yo pueda hacer una represa y almacenar agua puede tener un impacto ecológico mínimo y tener buenos beneficios razonables y ahí tenemos una tecnología hidráulica que discutida adecuadamente se puede definir como buena. En ese caso puntual de la represa Futaleufú no puedo juzgarla porque el hecho de que la energía sea para una empresa no es un pecado, como un camino que llegue a la empresa, ahora si para hacer ese camino hemos tenido que acabar con el ultimo nido del águila perdiguera en el territorio entonces hagámoslo por otro lado.
El problema, además del impacto ecológico que genera, es que las torres de alta tensión están afectando la salud de la población
Es que durante todo el siglo XX muchas veces hemos pensado que la tecnología lo resuelve todo, hemos ido con chulería tecnológica que implica ignorancia, imprudencia y ahora nos damos cuenta cuando viene el cambio climático o nos encontramos sin agua potable o con que esta disminuyendo la rentabilidad y la productividad de la tierra porque la estamos arruinando, y de repente las predicciones ecologistas empiezan desgraciadamente a cumplirse. Entonces empezamos a dar marcha atrás, a cambiar el sentido de la ciencia como dominadora de la naturaleza y empezamos ya hablar mas prudentemente de desarrollo sustentable. Que duda cabe que hasta ahora hemos usado sistemáticamente la tecnología con una prepotencia que raya la chulería tecnológica y eso nos ha llevado a consecuencias que en algunos casos son, han sido y serán dramáticas, eso tiene que ir cambiando y va cambiando aunque mas despacio de lo que a uno le gustaría.
Hablenos de su militancia
Cuando entre a la Universidad de Zaragoza venia de Granada, del Sur de España. Eran los últimos años de Franco y había habido un estado de excepción en el norte por unas huelgas y por movilizaciones estudiantiles. Cuando llegué me contaron que había habido torturas y no lo creía, hasta que un día salía de la facultad y a dos metros de mi cogían una chica que había hablado en una asamblea y mientras un guardia la sujetaba por detrás otro por delante la masacraba. La policía entendía que ese colegio era comunista porque hacia actividades culturales y decidió dar un escarmiento. Cuando entré a la universidad absolutamente traumatizado entró una compañía de la policía nacional, nos puso contra la pared, cogió al azar a uno de nosotros y le dio una paliza de muerte. Luego de estos sucesos me incorpore al partido del trabajo que era comunista y que tuvo relativa fuerza pero acabo por disolverse. Era un partido con mucha ilusión pero muy desenfocado y de ahí salió mucha gente que se incorporó a diferentes movimientos sociales, sin militar necesariamente en partidos. Acabamos optando por movimientos de no violencia, por entender que fines sin medios no pueden separarse, que por el camino mas corto de la violencia no se va a llegar a buen puerto y que hay que tener la paciencia histórica de construir la convicción de la sociedad. En esa lógica me he movido, primero ayudando a levantar el movimiento pacifista que fue muy fuerte en España y promovió que no entráramos en la OTAN. Fueron las primeras grandes movilizaciones de la democracia, por el no alineamiento, por una civilidad pacifista y por la objeción de conciencia para no ir al ejército que luego conseguimos su anulación. También logramos levantar las bases norteamericanas y luego promovimos movimientos ecologistas no violentos que fueron exitosos hasta entrar de lleno en el tema del agua y formar la Coordinadora de Afectados por Grandes Embalses y Trasvases (CoAGrET).
¿Qué lo llevó a hacer activismo por el tema agua?
Soy profesor de económicas y hacia muchos años tenía la convicción de que en un mundo en el que teóricamente se nos ha vendido la preeminencia del oráculo económico, de la racionalidad económica como guía de la acción política me pareció que había trampa y cartón. En muchas ocasiones es un oráculo falseado y se ponen en marcha políticas que no son ni siquiera razonables económicamente. Me invitaron a California a ser profesor por un año, luego volví y empecé hacer los estudios de coste beneficio de grandes presas y me salían todos negativos, entonces determinadas comunidades que empezaban su lucha en el Pirineo amenazadas de embalses que les inundaban el pueblo, me pedieron que les haga un estudio económico para ver qué pasaba con esa presa y cuando hablas con gente afectada ya sea por Yacyreta aquí o por cualquier represa, a los 10 minutos están llorando entonces junto al morbo y al reto intelectual me prendieron el corazón. Cuando el ser humano es capaz de vincular y de converger los argumentos de la razón con los del corazón y los sentimientos tenemos una fuerza tremenda. Yo he tomado partido, lo que pasa que cuando hago mis cálculos económicos, como se que me lo miraran con lupa y por dignidad personal, soy muy riguroso con eso. Mi contradicción de subjetividad en mi trabajo científico se tiene que compensar con una sobredosis de celo científico, pero reivindico la convergencia de lo racional, el compromiso y lo emocional, los derechos humanos que no son 2 mas 2 cuatro, sino que son dignidad humana y eso debe formar parte también de la academia.
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